Si supiéramos realmente lo que quiere un cliente, no tendríamos problemas para vender. El problema es que los emprendedores vivimos enamorados de nosotros mismos y nuestros productos, no vemos más allá de ellos.

1.La misma cosa que todo el mundo tiene, pero diferente. O mejor dicho, exclusiva.

2.Un menú donde todos los precios no sean el mismo. Es decir, capacidad de elegir.

3.Más atención que la persona que se sienta a su lado. Porque necesitamos sentirnos importantes.

4.Un precio un poco más bajo que el ofrecido a los demás. Para tener la sensación de que estamos haciendo un gran negocio o, al menos, mejor negocio que el resto (en realidad, esto tiene mucho que ver con el punto anterior).

5.Un nuevo modelo, teniéndolo un poco antes que los demás, pero solo si a los demás les va a gustar. Porque de verdad que nada ha cambiado desde que nos pusimos erguidos y el status es lo fundamental, nos guste o no.

6.Una butaca para una película con todas las entradas vendidas.

7.Acceso al mejor servicio al cliente de la tienda, preferiblemente por el jefe.

8.Ser tratado mejor, pero no demasiado mejor.

9.Que se den cuenta de que existimos, pero tampoco demasiado.

10.Tener razón. Porque muchas veces somos capaces de perder cosas más importantes que esa razón con tal de tenerla o conservarla.

¿Se siente identificado cuando está en una situación en la que es cliente de un restaurante o una tienda?

Si es así, enhorabuena, porque así se sienten sus clientes respecto a su negocio. No me importa a lo que se dedique en realidad su empresa, porque eso es lo que quieren. Y si usted es capaz de ponerse en su lugar y mirar desde ahí a su empresa, su producto y su servicio, entonces sabrá cómo mejorarlo para marcar la diferencia que hará que le elijan a usted.

Lea esta lista más de una vez y piense en ella, léala cada vez que necesite ponerse en la piel de su cliente y cuando se sienta ahí, vea su empresa desde esa perspectiva.