
Benchmarking, el arte de conocer a tu competencia.
Se trata de un proceso continuo a través del cual puede utilizar los productos, servicios o procesos de trabajo de empresas líderes como referencias, compararlos con los productos, servicios o procesos de trabajo de su propia empresa, y luego realizar mejoras e implementaciones.
No se trata de copiar lo que hacen sus competidores, sino de comprender el comportamiento del líder para implementar la competencia en su empresa agregando mejoras. Si tomamos como referencia a quienes se destacan en el campo que queremos mejorar y estudiamos sus estrategias, métodos y tecnologías con el fin de mejorarlos y adaptarlos a nuestra empresa en el futuro, alcanzaremos un alto nivel de competitividad.
Para diseñar y ejecutar correctamente el proceso de benchmarking en su empresa, es necesario seguir los siguientes pasos: planificación, recolección de datos, análisis, operación y monitoreo.
Planificar.
En la primera fase, está prevista una investigación. La planificación debe responder a tres preguntas: qué queremos medir, a quién queremos medir y cómo lo haremos. De esta forma sabremos cual es el objetivo principal.
Recopilar datos.
Es esencial para la evaluación comparativa y el éxito o el fracaso de todo el proceso depende en gran medida de ello. Podemos obtener datos de diferentes fuentes: internas, asociaciones profesionales o investigaciones propias de otras instituciones.
Analizar.
Luego de recolectar la información necesaria, debemos analizar los factores que provocan la diferencia entre nuestra empresa y la empresa en estudio para descubrir oportunidades de mejora. Una vez que hayamos determinado el alcance de la diferencia, es el momento de proponer las mejoras que haremos. Hay que tener en cuenta que por tamaño, recursos e infraestructura, solo elegiremos aquellas mejoras que pueda realizar nuestra empresa.
Acción.
Dicho de otro modo, después de analizar la información y de lograr identificar los mejores aspectos de las empresas que hemos seleccionado, los tomamos como puntos de referencia para adaptarlos a nuestra empresa pero siempre añadiéndole alguna mejora o alguna ventaja que le aporte valor a nuestros clientes.
Seguimiento y mejora.
En esta última etapa se debe hacer un informe con toda la información destacada del proceso. Esto ayudará a retomar el trabajo en proyectos posteriores. La idea es que se convierta en un ejercicio de la empresa sostenido en el tiempo para adoptar una mejora continua.