Activos financieros, ¿qué son y cómo se clasifican?
Los activos financieros son inversiones que generan ingresos o se revalorizan con el tiempo. Pueden clasificarse en dos categorías principales: capital y deuda. El capital es la propiedad de una empresa, como las acciones, mientras que la deuda es el préstamo de dinero a otra parte con la expectativa de devolución en una fecha posterior, como los bonos.

¿Qué proporcionan los activos financieros?
Los activos de renta variable ofrecen potencial de crecimiento a través de dividendos y revalorización del capital si el precio de las acciones aumenta con el tiempo. Este tipo de inversiones conllevan más riesgo que los valores de renta fija porque su rendimiento depende de las condiciones del mercado y de otros factores que escapan a su control, como el clima económico o las decisiones empresariales tomadas por los equipos directivos. Por otra parte, los instrumentos de deuda ofrecen rendimientos estables pero no suelen tener mucho potencial alcista, ya que están respaldados por un acuerdo de reembolso del principal más los intereses a intervalos predeterminados hasta que llega la fecha de vencimiento, en la que deben efectuarse todos los pagos en su totalidad.
Un Ejemplo de activos financieros…
Los fondos de inversión inmobiliaria (REIT) también entran en esta categoría; permiten a los inversores comprar acciones de carteras gestionadas profesionalmente que contienen propiedades como edificios de oficinas o centros comerciales que producen ingresos por alquiler para los accionistas, junto con oportunidades de revalorización si los precios suben durante el periodo de tenencia (aunque siempre hay cierto riesgo también en este caso). Los contratos de futuros sobre materias primas representan otro tipo de inversión: consisten en la compraventa de materias primas, como contratos de futuros sobre petróleo y gas, que siguen los precios al contado subyacentes, pero requieren un seguimiento minucioso antes de invertir en ellos, para saber exactamente en qué se está metiendo.
Por último, los fondos de inversión proporcionan diversificación entre diferentes clases de activos sin tener que exponerse a cada uno de ellos por separado, aunque conllevan sus propios riesgos en función de la estrategia de selección de gestores utilizada en el propio fondo, así que asegúrese de leer detenidamente el folleto antes de invertir.